La piel de la cara, escote y el dorso de las manos es una diana importante del daño solar prematuro y del envejecimiento cronológico. Como consecuencia de ello aparecen lesiones pigmentadas (manchas), atrofia cutánea (piel más fina y áspera), pérdida de elasticidad de la piel y arrugas.
Los avances técnicos de las últimas décadas y la búsqueda de
tratamientos no quirúrgicos ni agresivos que permitan una incorporación
inmediata al mundo social y laboral, han desarrollado en los últimos
años distintos sistemas de luz láser y no láser, como la IPL (luz pulsada intensa).